¿Puedes calentar tu casa solo con unas horas de calefacción? Ten esto en cuenta y ahorra
Cuando llegan los meses de más frío y tenemos que calentar la vivienda, surgen muchas cuestiones. Una de ellas suele ser cuánto tiempo poner la calefacción. ¿Realmente es necesario todo el día para que la vivienda tenga una buena temperatura? Te vamos a contar qué debes tener en cuenta. El objetivo es ahorrar en la factura cada mes. Es posible simplemente con realizar algunos pequeños cambios o ajustes.
Ten en cuenta que el coste de usar la calefacción durante varios meses puede ser muy elevado. Sin duda, puede ser una parte importante de tu presupuesto cada mes. Ahora bien, especialmente vas a gastar más si no la enciendes correctamente o no sabes limitar el tiempo de funcionamiento.
Usar poco la calefacción
La cuestión es clara: ¿es posible mantener la vivienda a buena temperatura sin tener que encender la calefacción todo el día? ¿Basta solo con encenderla unas horas? Lo cierto es que sí, aunque debes tener en cuenta que dependerá de dónde vivas, la temperatura que hagan, así como el tipo de vivienda. Pero sí, podrías encender únicamente unas horas la calefacción y que la vivienda coja una buena temperatura. Aunque no la mantenga siempre igual, al menos que sí sea una temperatura agradable durante cierto tiempo hasta que tengas que encenderla de nuevo cuando haya bajado mucho.
Ventila a buenas horas
Lo primero que debes hacer es ventilar la vivienda a buena hora. Cuidado con encender la calefacción, ventilar la casa y que se enfríe de nuevo. En ese caso, vas a tener que encender nuevamente la calefacción y eso va a suponer un gasto añadido. Vas a tener que consumir energía nuevamente para recuperar la temperatura. Nuestro consejo es que ventiles la casa cuando la temperatura de fuera sea mayor. Esto suele ser en las horas centrales del día. Si no vas a poner la calefacción antes, una buena idea es que ventiles la casa y, posteriormente, pongas la calefacción. A partir de ahí, podrás mantenerla durante un tiempo hasta que coja calor y pasar al punto siguiente que vamos a explicar.
Mientras estás ventilando, es recomendable apagar los radiadores para gastar la menor energía posible. Si tienes un sistema de calefacción inteligente como los Netatmo o Tadoº, cuando las válvulas termostáticas inteligentes detectan una baja de temperatura brusca, automáticamente se cerrarán las válvulas para ahorrar energía, y nos avisará en la aplicación que tenemos una ventana abierta. De esta forma, no tendrás que preocuparte mientras estás ventilando de apagar la calefacción, porque lo hará automáticamente el sistema de Netatmo o Tadoº que tengas instalado en tu hogar.
Hay que tener en cuenta que, si quieres tener la máxima eficiencia posible en tu hogar, es necesario que compres también las válvulas termostáticas, con el objetivo de que puedas encender y apagar los radiadores de manera dinámica, en función de la temperatura individual de la habitación y también de si has abierto o no la ventana para ventilar.
Mejora el aislamiento
El aislamiento térmico es clave para poder encender la calefacción solo unas horas y que mantenga una buena temperatura. Si ese aislamiento es inexistente o muy malo, inevitablemente vas a gastar energía. Va a entrar aire frío y en cuanto apagues la calefacción, la casa va a empezar a enfriarse rápidamente. Lo ideal es que mejores el aislamiento. Está claro que debes cerrar puertas y ventanas, pero no siempre es suficiente. Puedes utilizar burletes, por ejemplo, para sellar muy bien las ventanas y que no entre aire frío de fuera. Eso te dará más margen hasta tener que encender otra vez la calefacción y gastar energía.
Si notas que la temperatura, sobre todo si el calor se va rápido en invierno, nuestra recomendación es que revises el aislamiento de las ventanas. No importa que las ventanas sean de aluminio y el cristal tenga rotura de puente térmico, también importa mucho cómo las han instalado, porque hay empresas instaladoras que no ponen espuma alrededor de las ventanas, y esto ocasiona que tengamos un menor aislamiento. También es muy importante que se ponga silicona tanto por la parte exterior como por la parte inferior, esto es perfecto para aislarlo todo perfectamente y que no tengamos nada de aire.
No cometas el error de tapar los radiadores. Eso sería lo contrario a tener un buen aislamiento térmico. Por ejemplo, no pongas ropa encima, ni muebles que puedan tapar el paso del aire. La idea es que estén lo más liberados posible y así evitar que consuman demasiada energía. Otro error común es poner adornos encima o cosas para ocultar el radiador. Evita tener una estantería, por ejemplo, ya que va a evitar que el calor salga correctamente.
No necesitas siempre la misma temperatura
Otro factor a tener muy presente es que no necesitas tener siempre la misma temperatura. Es decir, puedes encender la calefacción durante el día y ponerla a 19-20 grados. Cuando va llegando la noche, simplemente la apagas y va a mantener calor residual durante unas horas más hasta que baje bastante. Por la noche, puedes estar perfectamente a 16-17 grados. Por tanto, puedes apagar la calefacción y podrás dormir sin problemas. No obstante, si vives en una zona muy fría, donde pueda bajar la temperatura interior de los 15 grados, entonces sí tendrías que mantener la calefacción más tiempo o incluso toda la noche, aunque sea al mínimo.
Hasta el termostato analógico más sencillo pero actual, dispone de un modo «normal» y un modo «noche», para configurar diferentes temperaturas. Lo ideal es que uses un sistema algo más avanzado como el que nos brinda Netatmo o tadoº, donde podremos configurar en detalle el comportamiento de la calefacción, para así tener el máximo ahorro posible. Aunque en un primer momento tengamos que invertir bastante dinero en la automatización, lo cierto es que a medio plazo merece la pena, y no solamente por el ahorro sino también por la comodidad.
También debes tener en cuenta qué temperatura hace ese día. No siempre hace la misma temperatura fuera, ni todas las habitaciones están igual de frías. Tal vez haga frío por la mañana temprano, decidas poner la calefacción, pero luego la temperatura suba bastante. Es algo que puede pasar frecuentemente en otoño y primavera, cuando hay una gran diferencia entre las mínimas y las máximas diarias. En los momentos del día en los que la temperatura exterior es superior, puedes optar por apagar la calefacción y así aprovechar el calor residual, ya que no va a enfriarse.
No apagues y enciendas
Cuidado con esto, ya que es un error bastante común. Evita apagar y encender la calefacción, pensando en que va a ayudarte a ahorrar en la factura. Cada vez que la apagas, la vivienda empieza a perder calor. Cuando la enciendes de nuevo, va a tener que funcionar a mayor potencia para recuperar esos grados perdidos.
Por tanto, apágala solamente si vas a pasar bastante tiempo fuera. Si simplemente vas a salir media hora, no te conviene apagarla y volver a encenderla luego. Consume menos al mantener una temperatura estable, que al tener que pasar de una temperatura más fría a la que queremos tener en una habitación o en toda la vivienda.
En definitiva, no necesitas tener la calefacción todo el día puesta. Simplemente con tenerla unas horas, podrías mantener la vivienda a una buena temperatura. Es clave que controles a qué hora ventilas la casa, el aislamiento térmico y también saber que no necesitas siempre la misma temperatura. Si utilizas la domótica, vas a poder tener todo mejor controlado. Eso sí, evita problemas si compartes red o no se conectarán los aparatos.