Proteger nuestras cuentas y dispositivos cuando navegamos por la red es algo fundamental. Son muchos los ataques que podemos sufrir y los intrusos que pueden acceder a nuestros sistemas. Para evitarlo algo básico es contar con una contraseña. Una serie de caracteres que incluyen números, letras y otros símbolos que permiten autenticar nuestro usuario. Ahora bien, el futuro en Internet no son las contraseñas como las conocemos ahora, sino la biometría. Podéis visitar nuestro tutorial sobre Password Manager Lite.
El futuro no son las contraseñas, sino la biometría
Como decimos, lo normal a día de hoy sigue siendo tener una contraseña para acceder a nuestros sistemas y registros. Escribimos el nombre de usuario y posteriormente ponemos una clave que nos permite entrar en esa cuenta. Por ejemplo al acceder a redes sociales como Facebook o Twitter, entrar en el correo, encender nuestro ordenador y escribir la clave de acceso, etc.
Sin embargo ese no es el futuro. Al menos así lo creen los investigadores de seguridad de los que nos hacemos eco. Indican que eso va a llegar a su fin próximamente y lo que verdaderamente utilizaremos es la biometría. No es algo nuevo, ya que hoy en día ya utilizamos esta característica en muchos casos. Pero va a ir a más.
¿Por qué va a ocurrir esto? Aunque nuestras contraseñas sean seguras, lo cierto es que los piratas informáticos pueden utilizar muchos métodos para robarlas. Hablamos de ataques Phishing, keyloggers, diccionarios de fuerza bruta… Al final, de una u otra forma, podemos correr el riesgo de que accedan a nuestra cuenta con claves tradicionales.
Esto no ocurre, al menos sobre el papel, con la biometría. Ofrece una mayor seguridad, más garantías para proteger las cuentas y evitamos el problema de tener que cambiarlas frecuentemente si queremos mantener la fiabilidad.
Los datos biométricos, como sabemos, son características físicas y patrones que diferencian a una persona. Sirven para identificarnos. Por ejemplo podemos mencionar la huella dactilar, el iris, el reconocimiento facial o la voz. Podemos utilizarlo para iniciar sesión en nuestras cuentas y acceder a servicios en Internet sin necesidad de escribir contraseñas.
Hay otros datos biométricos que también pueden ser utilizados, aunque están menos extendidos. Por ejemplo la escritura a mano, movimientos físicos o incluso el ADN. De la misma manera pueden identificarnos.
Más seguridad y comodidad
No hay dudas de que autenticarnos a través de datos biométricos es más cómodo. No vamos a tener que recordar múltiples contraseñas, ni hacer uso de gestores de claves. Simplemente debemos iniciar sesión con nuestra huella o reconocimiento facial y listo. Esto aporta un gran valor a los usuarios.
Pero además de esto muchos investigadores de ciberseguridad creen que es el futuro porque tiene menos riesgos que las claves tradicionales. Es una manera mucho más fiable de identificarnos y que además con el paso del tiempo perfeccionará e irá a mejor.
En definitiva, la autenticación a través de datos biométricos va a estar muy presente en los próximos años. Tanto que muchos creen que va a sustituir definitivamente a las contraseñas tradicionales en Internet. De momento os dejamos un artículo para crear contraseñas fuertes.