El navegador es una pieza fundamental de nuestro día a día. Es la herramienta que nos permite acceder a infinidad de sitios web, servicios y plataformas. Tenemos muchas opciones a nuestra disposición. Algunos incluso están más orientados en la seguridad y privacidad. No obstante, es también un medio muy utilizado por los piratas informáticos para colar sus ataques. En este artículo vamos a hablar de cómo un navegador podría convertirse en una botnet.
Un navegador puede convertirse en una botnet
Los navegadores pueden llegar a ser la puerta de entrada de muchas variedades de malware. Simplemente con visitar una web que ha sido modificada de forma maliciosa podríamos descargar software que ponga en riesgo nuestra privacidad y seguridad. El adware, las barras de búsqueda falsas, complementos maliciosos… Son muchas las causas.
Ahora, un informe del que nos hacemos eco alerta de cómo nuestro navegador podría convertirse en una botnet. Concretamente esto puede ocurrir al instalar una extensión que tiene código malicioso que incluye una puerta trasera a una botnet. Una empresa que alquila el acceso a más de 10 millones de navegadores web para que los clientes puedan ocultar sus verdaderas direcciones de Internet ha construido su red pagando a los fabricantes de extensiones de navegador para que incluyan de forma oculta su código.
Esta empresa, Infatica, intenta atraer a desarrolladores de extensiones de navegadores populares. Muchas de estas extensiones pueden llegar a tener incluso millones de usuarios. Esto hace que un tercero pueda interesarse en pagar por introducir código oculto. A fin de cuentas va a llegar a muchos usuarios.
Posteriormente, el código de Infatica usa el navegador de cualquiera que tenga instalada esa extensión para enrutar el tráfico web para los clientes de la empresa, incluidos los especialistas en marketing o cualquier persona que pueda pagar costes mensuales de suscripción.
El resultado final es que cuando los clientes de Infatica navegan a un sitio web, ese sitio cree que el tráfico proviene de la dirección de Internet vinculada al usuario de la extensión, no al del cliente.
Esto podría hacer que nuestro navegador se convierta en una botnet debido a las extensiones utilizadas, de ahí la importancia de siempre controlar qué instalamos y desde qué fuentes. Es importante evitar problemas que comprometan la seguridad. Hay incluso extensiones de privacidad para el navegador.
Cómo utilizar extensiones con seguridad
Uno de los puntos más importantes para utilizar extensiones con total seguridad es descargarlas desde fuentes oficiales. Siempre hay que acudir a tiendas del propio navegador, donde existe un filtro para que no se cuelen complementos que puedan ser maliciosos. Es cierto que en ocasiones sí han entrado, pero al menos tenemos ciertas garantías.
También debemos actualizar todas las extensiones de forma periódica. Pueden surgir vulnerabilidades que sean aprovechadas por los piratas informáticos para infectar los equipos. De ahí la necesidad de siempre contar con las últimas versiones disponibles.
Además, es importante consultar la información referente a una extensión. Allí veremos bien cómo funciona, qué información puede obtener de nosotros, etc.
Pero otra cuestión igualmente importante es tener un buen antivirus instalado. De esta forma nos protegerá de la entrada de un posible malware en forma de extensión o cualquier complemento. Debemos siempre proteger nuestros dispositivos.