Puede que tengas problemas de cobertura en casa o veas que tu Internet va lento y quieres potenciar la señal. Una opción que suele ser muy utilizada en estos casos es la de contar con un repetidor Wi-Fi. Son económicos, sencillos de usar y no solo los veremos en viviendas particulares, sino también en centros comerciales, estaciones y cualquier lugar público. Ahora bien, ¿realmente nos debemos fiar siempre? ¿Van a ayudar a mejorar la conexión? En este artículo te contamos por qué deberías dudar de ello. Podéis leer nuestro tutorial programas para hackear una red WiFi gratis.
Motivos por los que debes desconfiar al usar un repetidor Wi-Fi
No siempre debes confiar en que conectarte a un repetidor Wi-Fi va a ser mejor. Puede que veas que la señal llega muy bien, que aparentemente debería tener la máxima velocidad, pero en cambio te encuentras con que no funciona bien, tienes cortes o una velocidad muy limitada. ¿Por qué pasa esto?
Reciben mala señal del router
Uno de los motivos es que pueden estar recibiendo muy mala señal del router. Por ejemplo puede pasar si están demasiado lejos y lo que reciben no es suficiente para que puedas conectarte al repetidor y tener una conexión de Internet estable, con una buena velocidad y sin problemas.
Podrías ver que la cobertura de ese repetidor es buena, incluso podrías ponerte justo al lado, pero en realidad está recibiendo una mala señal del router. Por mucho que estés cerca, realmente no vas a tener una buena velocidad.
No tienen una buena velocidad
También puede ocurrir que esos repetidores no tengan una buena velocidad máxima. Ten en cuenta que no todos son doble banda y eso va a hacer que no alcances la velocidad máxima que sí podrías tener con otros modelos que sí permitan conectarte a la banda de los 5 GHz, que es la más veloz.
Si por ejemplo necesitas ver un vídeo de Netflix en 4K, si no tienes una buena velocidad de Internet se podría cortar. Esto hace que sea fundamental utilizar un buen repetidor inalámbrico, que realmente ofrezca una buena velocidad.
Están saturados
Esto especialmente puede ocurrir cuando te conectas a un repetidor que está en algún lugar público, como puede ser una biblioteca o un centro comercial. Tal vez creas que es adecuado al ver que la potencia es correcta, pero ves que la conexión no va bien, se corta o no tienes una buena velocidad para lo que necesitas.
Puedes encontrarte con este problema simplemente porque los repetidores están saturados. Todos tienen un límite a partir del cual empiezan a funcionar mal. Aunque hoy en día tienen mayor capacidad, cuando hay muchos aparatos conectados pueden aparecer problemas.
Mal ubicados y con interferencias
Tampoco debes fiarte de cualquier repetidor si no sabes si está bien ubicado o puede tener interferencias. Por ejemplo, un repetidor colocado al lado de una televisión puede tener interferencias y eso va a afectar a la señal. Va a provocar que funcione mal la conexión, con pérdida de velocidad y cortes.
La ubicación del repetidor va a ser clave para que funcione correctamente. Si es un repetidor tuyo, siempre puedes cambiar el lugar a uno mejor para aprovechar al máximo la señal. Pero cuando te conectas fuera de casa, no vas a tener el control en ese sentido.
En definitiva, como ves utilizar repetidores Wi-Fi puede ser una buena idea, pero no siempre vas a lograr buenos resultados. Podrías tener problemas para conectarte a la red. Podrías ver que la velocidad es débil e incluso aparecen cortes.