Seguro que estás oyendo hablar de dispositivos NAS. Para muchos, todos son bondades, aunque es cierto que, tanto en la puesta en funcionamiento, como de forma periódica, se les debe dedicar una porción de nuestro tiempo para tareas de mantenimiento. Por este motivo, entra en juego los servicios de almacenamiento cloud. Son muchos los que no se deciden a dar el salto. En este artículo, vamos a debatir sobre la capacidad de almacenamiento necesario que deberíamos tomar como referencia para dar el salto de la nube a los NAS.
En la actualidad, muchos de los servicios cuentan con un tamaño gratuito de unos 500 MB o incluso 3 GB en algunos casos. ¿Puede ser suficiente? Depende para qué usuario.
Por ejemplo, si lo único que vamos a utilizar la nube es para intercambio de archivos de muy poco peso y un tamaño que no va a superar los dos que hemos mencionado anteriormente, parece bastante claro que la adquisición de un NAS no sería rentable. Pero antes de tomar una decisión, es necesario tener en cuenta algunos aspectos adicionales.
Ventajas e inconvenientes de utilizar un servicio cloud frente a un NAS
Además del tamaño del almacenamiento, hay que tener en cuenta una serie de aspectos.
Por ejemplo, la velocidad de subida de los archivos al almacenamiento en la nube depende de nuestra conexión de acceso a Internet. Aunque puede ser fibra óptica, hay usuarios que aún cuentan con un acceso a través de la red de cobre. La seguridad es otro aspecto a tener en cuenta. Ningún servicio es 100% seguro (ni siquiera nuestros NAS).
A favor cuentan con un gasto mínimo. O lo que es lo mismo, muchos servicios cuentan con una versión gratuita que en muchos casos podría ser suficiente para algunos usuarios. De ahí que este sea, tal vez, el mayor aspecto diferenciador.
Sin embargo, si lo que quieres es un almacenamiento a nivel de 1 TB o superior, la mejor opción es decantarse por un NAS. No solo no es probable que no cuenten con tanta capacidad, las versiones de pago no son excesivamente económicas. Al final, incurrir durante varios meses y un periodo prolongado en el pago de una cantidad supone que, lo mejor sería decantarse por un NAS.
Al final, un servicio de almacenamiento en la nube en su versión gratuita posee como ventajas el nulo mantenimiento necesario, la fácil configuración y la posibilidad de instalar un cliente para sincronizar los archivos en una variedad bastante amplia de sistemas operativos. Dependiendo del precio de la versión de pago correspondiente tardaremos más o menos en conseguir el retorno de la inversión en el dispositivo NAS.
Uso de versión de pago debería ser motivo para el cambio
Bajo nuestro punto de vista, contar con un almacenamiento permanente de un tamaño igual o superior a 2 GB debería ser suficiente para llevar a cabo el cambio a un NAS local. Además de contar con funciones avanzadas, las transferencias locales serán mucho más rápidas que con respecto a un servicio de almacenamiento existente en Internet. O lo que es lo mismo, cuando nos veamos obligados a abandonar la versión gratuita. Es cierto que el NAS implica un gran desembolso al principio. Sin embargo, posteriormente, no será necesario añadir ni un euro, salvo por el consumo eléctrico que realice.
Es cierto que el precio de la versión gratuita difiere entre los diferentes servicios. Por ejemplo, en el caso de Dropbox, la primera versión de pago que nos encontramos ofrece 1 TB de almacenamiento o un total aproximado de 100 euros al año.
Todo depende de cuál sería el periodo de uso. Si este sería constante a partir de ese momento, merece la pena el cambio. Si es una pico de espacio de almacenamiento de forma temporal, será decisión del usuario llevar a cabo el cambio.
¿Crees que un servicio de almacenamiento en la nube deja de merecer la pena cuando debemos utilizar una versión de pago?