El frío puede llegar antes o después, puede que pille una semana con temperaturas muy bajas y luego suba antes de entrar de lleno el invierno o tal vez vivas en una zona en la que solo hay contadas olas de frío cada año. Sea como sea, es probable que tengas dudas de cuándo encender la calefacción y de si realmente lo necesitas o no. Como hemos explicado, va a depender del frío que haga, básicamente. Pero, ¿cuándo se considera frío? Te vamos a intentar explicar en qué momento deberías encender la calefacción.
Lo primero que debes saber es que no tienes que guiarte por fechas. Puede que necesites ponerla a principios de noviembre o puede que algún año estés tomándote las uvas y aún no la has encendido. Dependerá de cada caso, de si ese año ha hecho más o menos frío, etc. Pero sí puedes guiarte por la temperatura que haga en tu vivienda.
Pon la calefacción cuando sea necesario
El objetivo es que pongas la calefacción cuando realmente sea necesario, de cara a ahorrar energía. Si tomamos datos de muchos expertos en ahorro energético, coinciden en que lo ideal es poner la calefacción a unos 19 grados y por la noche bajarla a 16. Lógicamente, esos 19 grados, por ejemplo, no van a ser iguales para unas personas que para otras. Puede que tú soportes más el frío e incluso con menos temperatura estés bien, mientras que otras personas pueden sufrir frío cuando el termómetro llega a 21 o 20 grados.
En cualquier caso, en líneas generales podemos decir que, de cara a ahorrar energía, lo óptimo es poner la calefacción a 19 grados durante el día y a 16 por la noche. Incluso puedes bajarla un grado en cada caso, si el nivel de confort es adecuado en tu caso. Por tanto, eso ya te da algunas pistas de cuándo debes encender la calefacción.
Lo ideal es que controles la temperatura de casa. Si pones un termómetro y la temperatura ronda los 19 grados, realmente no es necesario que pongas la calefacción. Vas a poder aguantar aún unos días más, hasta que veas que la temperatura ya sí se pone a 18 grados o menos. Igual por la noche, aunque si tienes un buen aislamiento térmico y durante el día no baja de 19, es raro que por la noche lo haga.
Ajusta bien la temperatura
A partir de ahí, cuando veas que la temperatura ha bajado de esas cifras y tu nivel de confort está algo por encima, entonces sí deberías encender la calefacción. Pero ojo, no la pongas a 21 o 22 grados. Como decimos, con tenerla a unos 19 grados es suficiente, si lo que quieres realmente es ahorrar en la factura. No necesitas estar en mangas cortas en invierno dentro de casa.
Por la noche, incluso podrás apagarla o ponerla a unos 16-17 grados si la temperatura bajara mucho. Tampoco necesitas tenerla a más y podrás dormir sin problemas. Al día siguiente, si lo necesitas volverás a subir la temperatura nuevamente. Siempre puedes configurarla para que se encienda o apague automáticamente. No obstante, siempre puedes calentar una habitación de forma puntual con alguna estufa eficiente.
Ten en cuenta que el hecho de poner temperaturas tan ajustadas no es casualidad. Se calcula que por cada grado que bajes la calefacción, puedes llegar a ahorrar sobre un 7%. Por tanto, hay diferencias entre tener la calefacción en invierno a 19 grados o ponerla a 23, por ejemplo. Debes revisar bien la temperatura.
Como ves, para saber cuándo encender la calefacción es importante que midas la temperatura de casa, así como tu nivel de confort. Va a ser algo más subjetivo y dependerá de cada caso. No obstante, en líneas generales podemos decir que puedes empezar a pensar en poner la calefacción cuando la temperatura baje de 19 grados o sea inferior a 16 durante la noche.