Hoy en día existen muchas tarifas de Internet diferentes para poder contratar. Algo que solemos mirar es la velocidad que permiten alcanzar. Gracias a la fibra óptica, no es raro encontrarnos con una tarifa de 1 Gbps simétrico. Pero, ¿realmente necesitas tener algo así? Te vamos a explicar por qué puede que te interese cambiar de tarifa y contratar otra de menor velocidad. Vamos a darte algunos detalles que puedes tener en cuenta.
Tener una tarifa de Internet más lenta, puede significar que vas a pagar varios euros menos cada mes. Si lo trasladas a todo un año, el ahorro puede ser importante. Además, si realmente no lo necesitas, no vas a notar nada en tu día a día.
Revisa tu tarifa de Internet
No queremos decir con esto que tener la tarifa de Internet máxima sea inservible, pero sí que la gran mayoría de usuarios realmente no la van a aprovechar. Salvo que necesites hacer un uso intenso de la conexión, por ejemplo, si vas a conectar muchos aparatos y descargar de Internet, lo más normal es que puedas rebajar tu tarifa.
Tienes dispositivos limitados
Esta es una de las razones para no contratar una tarifa de Internet de máxima velocidad. Para poder aprovecharla, vas a necesitar tener dispositivos compatibles realmente con ese ancho de banda. Por ejemplo, si vas a conectarte por cable, necesitas tener una tarjeta de red que sea Gigabit Ethernet, así como un cable compatible. Si te conectas por Wi-Fi y tienes contratada una velocidad de 1 Gbps, necesitas tener un adaptador inalámbrico que sea de calidad, con Wi-Fi 6 y una buena velocidad máxima.
¿Qué pasa si no tienes dispositivos realmente compatibles con esa tarifa contratada? Simplemente, estarías desaprovechando lo que has contratado. Estarías pagando por una tarifa que, en realidad, no estás utilizando. Vas a navegar igual si contratas otra que tenga menos ancho de banda.
No necesitas tanta velocidad
Un error habitual es pensar que todo va a ir mejor por tener mayor velocidad de Internet. Pero esto no es así. Para que te hagas una idea, simplemente con tener 25 Mbps vas a poder ver Netflix en la máxima calidad, con todas las garantías. Por tanto, vas a verlo igual si tienes una tarifa de 100 Mbps o una de 1 Gbps. Eso sí, siempre y cuando no tengas muchas cosas conectadas que vayan a consumir ancho de banda.
Por tanto, si lo que te preocupa es que funcionen determinados programas o servicios correctamente, no vas a necesitar tener tanta velocidad. No lo necesitas para jugar, ni ver contenido en Streaming, ni para navegar en general. Sí lo podrás notar en cosas puntuales, como utilizar la nube o descargar desde servidores que permitan la máxima velocidad.
Te llega poco ancho de banda
Este tercer motivo es, básicamente, que te llegue poca velocidad por no tener una buena cobertura. Va a pasar si te conectas desde una habitación que está demasiado lejos del punto de acceso. Tal vez puedas conectarte, pero la velocidad va a distar mucho de la que tienes contratada y, por tanto, desaprovechas la conexión.
Si esto es así, si conectas un ordenador, por ejemplo, y no recibes una buena señal, posiblemente no te interese tener una tarifa más cara que no vas a poder aprovechar. Piensa en contratar otra de menor velocidad, ya que realmente vas a usar la conexión de forma similar, pero ahorrando dinero.
En definitiva, puede que sea interesante que contrates otra tarifa de Internet de menor velocidad. En muchos casos, ni siquiera llega la velocidad que tienes contratada. Eso puede pasar por problemas externos o, lo más normal, por limitaciones en la instalación o en los dispositivos que estás utilizando para navegar.