Así puedes ordenar los alimentos y que tu nevera sea más eficiente y ahorrar luz
Podemos decir que el frigorífico es uno de los electrodomésticos que consumen más electricidad. De hecho, en algunos casos se calcula que puede suponer un tercio del total de la factura. Por tanto, intentar gastar menos, intentar que consuma menos energía, puede ayudarte a ahorrar una cantidad interesante de dinero cada mes. Te vamos a explicar cómo debes ordenar los alimentos y también daremos un truco muy útil.
El objetivo es aprovechar al máximo la temperatura del frigorífico, sin tener que bajarla demasiado. Ten en cuenta que, cada grado de diferencia, puede hacer que gastes o ahorres sobre un 7%. Por tanto, intenta mantener siempre la temperatura exacta y no tener menos de la que realmente vas a necesitar.
Ordena el frigorífico
Pero, ¿cómo debes ordenar el frigorífico? La idea es crear una nevera eficiente, teniendo en cuenta la temperatura. Hay alimentos que pueden requerir mayor temperatura o van a ser más sensibles a pequeñas subidas que pueda haber, como es a la hora de abrir la puerta para coger algún producto de dentro.
Por tanto, lo que puedes hacer es colocar en el interior, en la parte más al fondo, aquellos productos que necesitan tener una menor temperatura. En cambio, aquellos que no son tan sensibles, los puedes ubicar más cerca de la puerta. Esto te da un pequeño margen para poder aumentar la temperatura y ahorrar.
Se calcula que, en líneas generales, puedes poner el frigorífico a 5-6 grados. No necesitas ponerlo a menos. En los meses de verano, se recomienda bajarlo 1 grado para evitar, precisamente, esos cambios de temperatura al abrir la puerta. Por ello, si tienes los alimentos ordenados, vas a poder mantener la misma temperatura al no afectar tanto el hecho de abrir la puerta.
También, al tener los alimentos ordenados, pueden actuar como barrera y evitar así que salga el aire frío de fuera. Lo que conseguimos con esto es que, a la hora de abrir la puerta, no entre tanto aire caliente que provoque un aumento de la temperatura y tenga que funcionar a mayor potencia el frigorífico.
Aprovecha el frío residual
Un truco interesante, consiste en aprovechar el frío residual. Si vas a descongelar algo, puedes aprovechar y meterlo en el frigorífico. Es decir, en vez de sacarlo del congelador y esperar a que se descongele fuera, puedes meterlo unas horas más en el frigorífico. Lógicamente, esto hará que tarde más en descongelarse, pero puedes organizarte.
Esto te ayudará a aprovechar ese frío residual. Al descongelarse, va a estar a menor temperatura que el interior del frigorífico, por lo que ayudará a reducir la potencia a la que tiene que funcionar para mantener esos 5-6 grados que hemos mencionado. Un gesto que, si lo haces frecuentemente, puede ayudar a ahorrar algo cada mes.
Es similar a aprovechar el calor residual, como es el caso del horno. En este caso, lo que aprovechamos es el frío que desprenden esos alimentos que estamos descongelando dentro del frigorífico. Si utilizas la domótica, a veces tendrás que evitar problemas con la conexión Wi-Fi. Puedes aprovecharla para controlar mejor tu frigorífico.